1 de mayo de 2011

La libertad de religión, artículo dedicado al Papa Juan Pablo II con ocasión de su beatificación

En el día de hoy beatificaron al Papa Juan Pablo II, un hombre sin lugar a dudas excepcional, que jugó uno de los papeles protagónicos en la historia de finales del siglo XX y que cuyas acciones se podría decir cambiaron el mundo. No voy a dedicar esta entrada a hablar de este gran personaje que ya todos conocemos pero aprovechando el acontecimiento voy a dedicar unas líneas a hablar de la tolerancia religiosa, del cual fue uno de los principales impulsores al promover el diálogo inter-religioso y el ecumenismo dentro de la iglesia católica.

Como ustedes ya sabrán, uno de los tópicos principales de este blog es la promoción de la tolerancia, que debe entenderse como el respeto a las demás personas y en particular, de sus diferencias, de lo que nos distingue. Lo contrario es lo que debe entenderse por discriminación.

El ser humano en su búsqueda constante de Dios ha terminado adoptando una posición o en muchos casos una religión. Contradictoriamente, a pesar que las religiones predican el bien, sus partidarios muchas veces han hecho más mal que bien en nombre de Dios. Son numerosos los ejemplos: las cruzadas, el holocausto, la inquisición, los derechos de las mujeres en el caso de los partidarios del islam.

Entiendo que cada persona quiera promover sus creencias o su religión pero lo que no es aceptable es el querer imponer las creencias, o peor aún, discriminar a una persona por "creer en un Dios diferente". Sin querer profundinzar en postulados filosóficos o teológicos, ¿quién puede decir que su Dios es el único o es el verdadero? ¿quién puede decir que el Dios de los judíos no es el mismo que el de los cristianos o el de los hinduistas?

Cada individuo tratará en mayor o en menor medida de darle respuesta a la interrogante sobre la existencia de Dios, algunos inclusive llegarán a la conclusión de que no existe (los nihilistas). Sin importar cual sea la respuesta la lógica conclusión a la que llego es que cada quien tiene el derecho de profesar la religión que mejor le parezca y algo más o menos así entendió el Papa Juan Pablo II. Así, se reunió con los principales jerarcas de las diferentes iglesias, visitó y rezó en el Muro de los Lamentos, se convirtió en el primer pontífice que ingresó a una mezquita musulmana en su visita al Templo de los Omeyas en Siria, se acercó a los protestantes.

Lamentablemente en la actualidad todavía hay personas que pretenden imponer sus creencias, se prohiben determinadas religiones, se sancionan a las personas que profesan una religión diferente, se tortura y se matan a personas por creer en un Dios diferente. No basta con incluir la libertad de religión en las leyes, se tiene que promover la unidad y la aceptación de las personas que no compartan nuestras creencias, y se debe sancionar a las personas que promueven la discriminación por motivos religiosos. Los problemas surgidos a raíz de las diferencias religiosas fueron la causa principal para la creación en la Organización de Naciones Unidas de una Relatoría Especial sobre la libertad de religión o de creencias.

En mi vida he tenido la oportunidad de compartir con judíos, musulmanes, católicos, protestantes y personas de otras religiones; y en su mayoría han demostrado ser seres de gran corazón. Conciente de las diferencias entre todos los seres humanos, los acepto y comparto con ellos y por eso a cada uno de ellos y desde la distancia les digo Venga un abrazo, mi herman@.

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