Una de mis resoluciones para el presente año es
escribir un artículo relacionado con el tema de los Derechos Humanos cada
semana. Y siendo el primer artículo del año quería desearles a todos los que me
leyeran un feliz año nuevo. También entre mis deseos está el que este 2015 sea
un año positivo en lo que al tema de DDHH se refiere, pero lamentablemente el
año no ha empezado de este modo.
El pasado miércoles 7 de enero en la ciudad de
París, un atentado contra el semanario Charlie Hebdo terminó con un saldo de 12
víctimas fatales, incluidos varios caricaturistas y el editor del mencionado
medio de comunicación. En este abominable caso, no sólo estamos ante un
atentado contra el derecho a la vida y la integridad física sino que también se
trata de un ataque a la libertad de expresión. Dicho semanario ya había sido
víctima de ataques en su contra por sus polémicas caricaturas, principalmente
las relativas al profeta Mahoma.
En las clases y en los talleres de DDHH que he
dictado siempre me he referido a la responsabilidad de los Estados de respetar
y garantizar los derechos humanos y muchas veces la gente me pregunta si los
ciudadanos de a pie, que no formamos parte de ningún organismo público, podemos
violar DDHH. Lo normal cuando se trata de violaciones a los DDHH, es que los
perpetradores son funcionarios públicos que trabajan para el Estado, pero esto
no quiere decir que los ciudadanos comunes no podamos violar los DDHH.
Un ejemplo claro de lo que me refiero es el
caso de Charlie Hebdo. Sus perpetradores son terroristas y no forman parte de
ningún organismo público francés, pero no hay ninguna duda que estamos ante un
caso de violación a los derechos humanos. No sólo se atentó contra la vida sino
que también es un evidente caso de ataque contra la libertad de expresión.
Ahora ¿en donde radica la responsabilidad del
Estado? Pues, en garantizar los DDHH y evitar que se violen los mismos, pero
como siempre habrán en mayor o menor medida violaciones a los DDHH, el Estado
está en la obligación de investigar y sancionar a los responsables de las
mismas.
Vale la pena recalcar, que en el caso de
Charlie Hebdo, el ataque se dirigió a ellos por su posición con relación a
determinados temas y la forma en que los trataban, especialmente el religioso.
En muchos casos, podemos estar en contra de lo que dice algún medio de
comunicación y ciertamente hay ciertas normas a las que se deben ceñir los
medios sobre todo desde el punto de vista ético y profesional, pero esto no nos
da derecho a los particulares ni tampoco al Estado de atacar a los medios de
comunicación o a sus integrantes.
Espero que este mal comienzo sea sólo eso y que
el 2015 sea un buen año para los DDHH en todo el mundo. Mis mejores deseos para
todos ustedes.
@WeAreFreeAtLast